DONDE HAY ESPERANZA

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Todo lo que sentimos, deseamos y queremos, SE PUEDE CUMPLIR! Pero que ocurre cuando no sentimos, no tenemos deseos, ni mucho menos las ganas de querer? exactamente que logramos? ES SENCILLO, estamos tirando nuestros sueños abajo, SI, abajo, en el fondo del mar. Acaso tenemos la culpa de no sentir, querer o desear? Somos REALMENTE CULPABLES de lo que nos pasa? Que pregunta dificil, somos y no somos culpables. Pasa por una cuestion de SER FUERTE o debil. Esta claro que todos somos fuertes, pero son los objetivos de un FUTURO PROXIMO el que nos hace encarar la vida con debilidad. Entonces el culpable es el futuro? futuros objetivos? Si fuese asi, vivamos el presente, EN UN TIEMPO LITERAL, donde sentis, queres y DESEAS. Porque en vez de temer a los futuros objetivos, nos ponemos como un presente objetivo NO TEMERLE A ELLOS?

Esto soy yo:

Una chica de ciudad, vivo en una casa Ph, con techo corredizo en vista al cielo, lo màs lindo de mi casa hogar♥ Vivo con mi papà, mamà y hermano Lucas, Lucas a veces siento que no es mi hermano, no tenemos nada en comun, si, quizas es la diferencia de edad, 5 años no? porque esperaron tanto mis padres? En fin, hoy tengo 15 años, una edad que para todas las chicas es hermosa, especial, ùnica, para mi ES UN AÑO MÀS, eso de crecer y pasar a ser una mujer, ya somos una mujer si maduramos, no pasa por la edad, podemos tener 9 años y ser bastante maduro o tener 56 y ser totalmente inmaduro, pasa por cada persona. Voy a un colegio Catolico, a 30 cuadras de mi casa, en el colegio me va maso menos, no soy alumna perfecta de 10, pero con un 5 o 6 puedo conformarme. Como persona soy sociable, buena, tierna, y muy cariñosa con lo que quiero, pero tambien tengo mis defectos, histerica, soberbia, egocentrica, entre otras. Soy de hacerme problema por lo que me pasa, no por los motivos. Tambien me importan mucho las demas personas. Intento de alguna forma acercarme a las personas con palabras suaves, que den paz, doy tranquilidad casi siempre, me lo suelen decir. No soy alta, tampoco baja, estoy ahi, mi peso no concuerda con mi altura y edad, tendria que pesar 54, pero peso 47, soy de comer poco, no me gustan los vegetales, y frutas solo te acepto la frutilla en licuado, o el durazno en lata, si, muy artificial. Mis hobbies, me gusta cantar, tocar el piano, escribir, bailar. Tambien si hablamos de deportes, me gusta la natacion, nado desde los 2 años, y me atrae mucho el ejercicio en rollers, tengo esos dias aveces de ponerme los rollers y bien temprano ir a Palermo a patinar un rato, antes de una bicicleta, monopatin, o skate, prefiero mis rollers, con ellos me recorreria el mundo si fuera posible y todos los caminos estuvieran pavimentados. Esta bien, creo que hable bastante sobre mi, me atrapa la idea de escribir, y seguiria pero seguro nadie va a leer esto, asi que no tiene sentido. Mis Saludos!

Sofi.

A veces uno cree que lo que duele es la realidad pero lo que duele es el ideal. La vida que imaginás puede ser un sueño, pero también puede convertirse en una cárcel. Imaginar tu vida ideal está bueno, pero que la vida imagine por vos es mucho mejor. A veces hay que dejarse sorprender. La obsesión por el ideal te puede hacer perder de vista lo real, lo verdadero, lo que necesitás, nada está a la altura de un ideal.
Si querés concretar tus sueños lo mejor es empezar por matar al ideal. Ojo, no me estoy refiriendo a matar los ideales, sino que hay veces que uno se imagina su vida como si fuera una película, una epopeya heroica, y es muy difícil estar a la altura de ese ideal. El ideal es una luz muy brillante, muy brillante, tanto que puede terminar opacando la realidad. Podés sufrir toda la vida por ese ideal, hermosos, puro, brillante, pero lejano y cada vez más lejano. Hay que poder distinguir los sueños del ideal. Los sueños son pequeñas excusas que nos ayudan a crecer. El ideal es una gran mole de oro que nos paraliza. En cambio la realidad es frágil, endeble, imperfecta, pero verdadera. Porque al final del camino uno puede contar la vida que vivió, no la que imaginó. Entonces mejor que imaginar la vida es vivirla.